Aperitivos de la casa fueron el bikini de pollo rustido, la crema de patata con céleri y los berberechos. Hicimos honor al nombre del restaurante mojando pan en el brutal jugo de las almejas.

          

Como entrantes que pedimos para compartir, a parte del pan de coca con tomate, nos decantamos por su Tonyina 100%. Un excelente sashimi de atún presentado en dados, marinado en soja y acompañado de un cordón de miso, perlas de wasabi, cebolleta, tomate cherry y alga nori. Una elaboración desliz de su carta, ideal para satisfacer a los más orientales de la mesa y para acercar a los más tradicionales la gastronomía japonesa.

Como segundo entrante para compartir, unos muy buenos mejillones al vapor con cítricos aunque lamentablemente a la sombra de las deliciosas almejas que nos habían servido anteriormente (un hit).

           

Aprovechando que Sucapa participa en las jornadas de PotaBlava y Carxofa Prat del Març Gastronòmic, al reservar pedí si podían guardarnos alguna elaboración de su menú (los domingos no lo sirven) para poder comprobar la buena pinta que ya pude imaginar durante el shooting. Así, como tercer entrante, probamos su ravioli de Carxofa Prat y bacalao. Excelente textura y sabores, tanto de la pasta como del relleno, donde el bacalao baila sin pisar a la alcachofa. La salsa algo mantequillada, aunque golosa, tapa la sutileza de los ingredientes y la salivación.

                        

Como segundos, y de sugerencia fuera de carta, su arroz de langostillas. Muy buen punto de cocción del arroz, notable sabor del fondo usado y correcta la cocción aparte del marisco, buscando así los óptimos para cada elemento.

                

Otro de los segundos que escogimos fue otra de sus sugerencias fuera de carta, el canelón de rustido con salsa de setas. Goloso plato de pasta y carne al que acompaña una salsa cremosa y sabrosa (y generosa). Quizá algo corto de ración para quien deja el hambre para el segundo; pero ideal de ración para quien busca probar distintos platos de la carta sin renunciar a un principal. A tener en cuenta.

          

Y como último principal, un excelente solomillo de buey con glace de rustido y tupinambo. Generosa cantidad de bicho, acompañado de una de las parmentiers de tubérculo que más me encandilan. La glace, potenciadora de umami, brilla y golosea el plato. El punto salado/crujiente de las patatas paja, equilibra el resto de elementos (más pesados/cremosos). No falla.

                      

El punto final de la comida lo dieron los postres (1 para compartir). Un divertido Tierras de chocolate, formado por mousse cubierta de crumble del mismo y acompañado por fresas ácidas y hojas de menta, equilibradores. Una fantástica Tarta de manzana acompañada de helado de vainilla y reducción de arándanos. Sublime, cada vez me gustan más estos postres. Finalmente, suCheesecake en formato espuma (sifón) cubriendo una mousse de arándanos con una base de galleta. Divertida e interesante presentación aunque la textura tan aérea y cremosa del postre exigiría, creo, reforzar el crujiente en forma de más galleta.