Nomm. La auténtica cocina asiática en Barcelona

Restaurante Nomm. Cocina asiática auténtica sin moverse de Barcelona
Descubrir el restaurante Nomm ha sido una de mis alegrías en lo que va de año. Su propuesta enamora a los que nos fascina conocer otras gastronomías, las auténticas, y en especial las asiáticas. Su nombre, haciendo referencia a cómo describen allí cuando se come algo muy rico, es una promesa de lo que uno viene a hacer a Nomm: disfrutar de auténticos dumplings, satay, karaage, kimchi, pho, rendang, curry, ceviche, agridulces… sintiendo que se está en un lejano viaje gastronómico pero sin moverse de Barcelona.
La razón por la que abren restaurantes como Nomm
En los últimos años se han podido detectar (pienso) tres grandes tendencias en el sector de la restauración. Por un lado, tenemos el asentamiento de la comida green (lo vegano, lo vegetariano, lo “bio”, lo saludable, etc…) en una clara concienciación por la salud.
Por otro lado un retorno a la tradición. Recuperar recetas (la casquería, por ejemplo) y productos (DOP, IGP, SlowFood…), reducir el número de elementos en el plato (des-grandilocuenciación de las elaboraciones) evitando lo superfluo, lo éxogeno y lo banal. Triunfan en sus ligas restaurantes como Bardeni, Lluerna, Granja Elena, Marimorena, Alkimia/Alkostat…).
Por último, una evolución de la comida internacional hacia una experiencia exótica, más tradicional y envolvente. Lo genuino, y no lo foráneo-fake occidentalizado. Querer comer lo de allí, pero aquí (con permiso de la materia prima). Encontramos en la cocina peruana/nikkei y en la cocina asiática (india, japonesa, china, tailandesa…) los ejemplos. No hace falta poner nombres.
Es en esta realidad del genuino exotismo gastronómico donde sitúo el por qué de la existencia del restaurante Nomm. Y más concretamente, buscando un pequeño nicho que mira más allá de especializarse en una cocina concreta (japonesa, china, tailandesa, india, etc), ellos deciden ofrecer una oferta gastronómica plural, de una zona y no de un país. En Nomm te encuentras con una agradecidísima carta con elaboraciones características de la culinaria del Sudeste Asiático, llena de sabores auténticos que os harán viajar muy lejos de Barcelona.
Qué se come en Nomm
Es en la zona gastronómica de Poble Sec, en la Avinguda Paral.lel donde Peter y Poline gestionan el bicéfalo Nomm. Y es que este discreto local presenta dos espacios diferenciados: el primero y nada más entrar, una coctelería pensada como afterwork de la zona; el otro, una sala presidida por un precioso árbol y secundada por una cocina abierta donde Peter Vivant y su equipo preparan todo el arsenal de delicias asiáticas. Elaboraciones emblemáticas y sin adulterar, salvo en las pequeñas licencias (como en los dumplings de foie) que Peter, siendo de allí pero viviendo aquí, se puede permitir.
Aunque cuando visité Nomm únicamente tenían servicio de carta (suficientmente amplia y sugerente) sé que están preparando dos o tres tipos de menús degustación para incorporar a su oferta gastronómica.
En nuestro caso, nos decidimos por probar varios platos de distinto origen, en un simulacro de viaje asiático por Vietnam, Corea, China, Japón y Tailandia.
Un viaje que comenzó con el kimchi (5€) Una elaboración súper de moda (fermentados, encurtidos… ahora a la orden del día y que hasta nosotros hemos hecho en casa). Best way to start: antes de correr, hay que calentar. Y con el kimchi, bastante equilibrado de picante de aderezo y picante, estábamos listos para lo venidero.
Y lo que vino fue uno de sus platos más célebres, el ceviche de gambas tailandés (9€). Un plato que encandiló: sabor, frescor, untuosidad.
Para continuar con platos más contundentes y golosos, joyas para meatlovers, como estas costillas de cerdo con salas de lima y miel (9€). Ternura omnipresente para una carne sabrosa y que se deshace sin miramientos. Salsadicción.
Continuando con unas finos y delicados dumplings de wagyu con foie (13€). Buena doble cocción, vapor y frito, consiguiendo el crujiente que este plato necesita para equilibrarlo todo.
Un delicioso Pho Bo vietnamita (10€) lleno de aromas, matices y sabores. Un caldo complejo y cálido que reconforta y hace disfrutar.
Y finalmente (ya casi resoplando) uno de los platos de la culinaria coreana/japonesa que más adicción me crea, el pollo karaage (9€). En Nomm lo hacen sublime. El marinado longo que le aplican (con sake) hace que las piezas de pollo sean ultramelosas y tiernas. Y el crujiente, a base de triple-fried, hace de este simple plato de fiestas populares, izakayas y cocina doméstica asiática un auténtico manjar. El hit. Volvería sólo que para hincharme a karaage.
Y final del trayecto. Todo un recorrido por 55€ más la bebida (aguas). Cantidad en exceso, pues pedimos demasiado (nos pudo la gula) y llegamos justos a terminar el último plato, por lo que el tíquet medio imagino se rebaja un poco. Cuando comes mucho y muy bien, cuando te cuentan un discurso y una historia que ves reflejados en cada plato que comes… es inevitable salir por la puerta y tener ese sentimento que tanto gusta: ¿cuándo vuelvo aquí?. Muy pronto.
Nomm no es sólo ese restaurante al que tengo inmensas ganas de volver y acabar de descubrir su carta, sino que también es ese restaurante al que quiero recomendar con entusiasmo a toda persona con curiosidad gastronómica y que busca conocer recetas emblemáticas y características de la gran culinaria asiática. Aquí lo encontrarán.