My Fucking Restaurant. Fusión italiana en pleno Raval

MY FUCKING RESTAURANT. TAPAS Y PLATILLOS DE FUSIÓN ITALIANA EN EL RAVAL
Lo que primero llama la atención de My Fucking Restaurant es obviamente el nombre que Matteo y Nico decidieron dar al lugar. Una sincera declaración de intenciones: cocina canalla y personal (fucking personal) que, de tener que definirla, lo haríamos como de tapas y platillos de fusión italo-catalana y estética actual en un precioso local de la calle Nou de la Rambla del barrio del Raval.
Un restaurante que recibe al comensal con tres espacios: una agradable y brillante barra donde se encuentra la cocina fría del lugar, un precioso salón con vistas al huerto urbano en el que se cultiban brotes y plantas para las elaboraciones, y una pequeña “sala privada” en la planta inferior donde poder ver cómo trabaja cocina.
QUÉ SE COME EN MY FUCKING RESTAURANT
La oferta gastronómica de My Fucking Restaurant, un restaurante de cocina italiana en Barcelona con muchos peros (positivos), se basa en platillos y tapas para compartir; una fórmula insaciable que parece tener aún recorrido para largo y que se ha postulado como la estándar en la mayoría de nuevas aperturas de restauración.
Eso en la forma. En el fondo, como comentaba, han apostado por la cocina italiana como base, fusionada o personalizada tanto al gusto de Nico como al gusto de las tendencias actuales (cocina fría como las ostras o el tartar, en el uso de elementos típicos del street food como los tacos , o en el uso de “nuevos” cortes de carne como el secreto o el onglet).
Se reconoce una amalgama de pretensiones que terminan conjugando en armonía: platillos y tapas, fondo o base italiana, elaboraciones también de cocina española y catalana, una fuerte interpretación personal de todo ello, formatos de tendencias actuales (street food y finger food) y, todo ello, en una apuesta por la cocina sin gluten.
Arrancamos la sesión con una muestra de la cocina fría que ejecutan en la barra del local: las ostras Gouthier al natural (3.00) y las ostras Gouthier con pepino osmotizado con Hendricks (3.50).
Continuando con un claro ejemplo de la cocina de My Fucking Restaurant con los tacos de parmesano con caponata (6.50). La idea de tapas y platillos actuales (finger food internacional) con productos inseparables de la cocina italiana: el parmesano y la caponata; un guiso a base de berenjena, tomate, apio y aceitunas. Delicia.
Manteniendo el concepto y el nivel con esta deliciosa y canalla en presentación burrata con emulsión de pimiento rojo, aceitunas negras, cebolla y mostaza (10.50). Hit de muchos en la visita y obligada portada de este post.
Parada obligada son sus “bravas que soñaban con ser patata” (5.50). Claro exponente de su apuesta por la cocina libre de gluten usando harina de garbanzo para recrear y reversionar, con mucho éxito, la célebre tapa española. Otro de los muchos platos con los que My Fucking Restaurant podría hacerse identificar y hacerlo emblema.
Más tapas de fusión que expresan con fidelidad la pretensión del restaurante: las croquetas de osobuco a la milanesa (1,70 ud.). Una tapa que ya había probado en su anterior negocio (La Castanya) y de la que no guardé buenos recuerdos
Terminando el festín con un fijo de la mayoría de cartas en la actualidad y que hay que hacer perfecta, pues es una elaboración que todo el mundo ya ha probado en más de una ocasión: el steak tartare (10.50). El que preparan en My Fucking Restaurant es excelente, servido al momento sobre unos crujientes de pan, unas gotas de mayonesa y unos brotes de su huerto urbano para refrescar. Elegante, sin estridencias y delicioso.
Final de partido con la nota dulce y que compartimos, poca hambre quedaba ya después del carrusel con una fantástica creme brulee de chocolate y caramelo salado (5.00). Muy importante ese salado para no terminar empalagado.
RECOMIENDO MY FUCKING RESTAURANT
De forma irremediable. El barrio del Raval esconde muchas sorpresas gastronómicas y, la que uno se encuentra en My Fucking Restaurant, bien merece ser experimentada. El nivel de elaboraciones, tanto por resultado como por originalidad de las mismas, es motivo más que suficiente para los más gastrónomos. Pero además, la cuidada estética de la sala redondea dicha experiencia y gustará a cualquiera que se deje caer por el restaurante. El tíquet medio, sin bebidas, se sitúa alrdedor de los 25 euros. Muy agradecido.
Una fusión culinaria bien entendida, con un tono muy personal y atrevido pero sin mezclas absurdas. El sabor y la base de buena cocina italiana y mediterránea como fondo y la forma y estética personal y actual que hacen del nombre del restaurante la mejor descripción de lo que en My Fucking Restaurant ocurre.
08001 Barcelona
(ver mapa)
de Lunes a Domingo, de 17 a 00:30
carta 25€
936 39 78 27
0 Comments