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La cuina de l’Uribou

22 Feb, 2017

LA CUINA DE L’URIBOU
Carrer del Taquígraf Serra, 26
08029 Barcelona
931 14 81 93
www.uriboubcn.com

La Cuina de l’Uribou. Lo más cerca de Japón.

Suelo ir sobre seguro cuando se trata de acertar en una fecha o comida especial. No voy a la aventura gastronómica, sino a lugares que sé cómo va a transcurrir todo. Pero en esta ocasión, el desliz de dejar esa rutina era un añadido de la velada que, de salir bien, sumaría alegría. Un gastro all in con resultados excelentes. Así fue descubrir La Cuina de l’Uribou.
     

La premisa era clara: saborear una gincana japonesa cuyas principales pruebas fueran pescado, pescado y más pescado. Todos tenemos antojos. Y hubo premio a la exquisipez (a mi me ha hecho gracia escribirlo…). Local situado en la calle Taquígraf Serra, una zona quizá-algo-gastronómicamente-desconocida para mí, en la frontera inferior del barrio de Les Corts. Te recibe una sala delicada, con tonos blancos, madera y oscuros aunque con mucha iluminación; pocas mesas pero anchas y cómodas, y una fila de mesas/barra para ver oficiar al personal.

 

¿Y la carta? Una colección de completa de deliciosas elaboraciones japonesas. Desde makis, nigiris y uramakis; pasando por sashimis y tartares, o platos cocinados y sugerencias más personales como “ostras”, “calçots al sésamo”, “caballa marinada y flambeada”, “ternera ahumada con te”, etc. Aunque visualmente es más fácil de ver para otras mesas, creo que tener las sugerencias en una pizarra de 1 metro de alto apoyada en la mesa (aunque después de pedir la retiran, claro) no termina de casar con el resto de filosofía del local (cocina japonesa, íntima, sencilla…). Con una impresión sencilla pero bonita, lo solucionarían. Un detalle que me llamó la atención.
     

Como decía, nosotros tiramos por una mayoría de sushi y elaboraciones de pescado como la caballa marinada y flambeada. Acompañada ésta de cebolleta muy fina, para refrescar y limpiar el efecto graso del pescado y de una ensalada con vinagreta de sésamo que baila genial con la caballa (retroactiva el gusto).

    

El chutoro sashimi que vino después podrían venderlo en joyerías. Las vetas se ven de lejos y el color pálido pero vivo de la carne del pescado hace presagiar mucha alegría. El cielo (si existe) en un bocado.
    
Y otro hit, para no bajar el nivel, fue su otra sugerencia: uni-ikura-negitoro don. Un bol lleno de arroz para sushi cubierto de los tres ingredientes por los que veníamos de visita: toro, ikura (huevas) y uni (erizo de mar).
     

Nos decidimos por el Spicy Salmon Tataky Uramaki de 8 piezas de entre los distintos makis y uramakis que componen su carta. Buen último plato completo de sabores: umami y graso del salmón, compensado por el “salado” del marcado del salmón más externo; almidón del arroz de sushi, agridulce de la soja reducida y caramelizada, y amargo del pepino. Redondo. La salsa de soja sería más cómoda servida en gotas sobre los uramakis, en el plato se puede perder y pierde equilibrio el plato. Con teriyaki también quedaría genial.

Aunque no fue chutoro de nuevo, quisimos repetir un plato de sashimi como regalo final del menú y nos decidimos por su variado de sashimi (lubina, atún y salmón). De nuevo, excelentes bocados de tres muy buenos productos. Un capricho final.

El broche dulzón lo puso un notable brownie al sésamo con helado de leche y una quenelle cítrica de mandarina, si no me equivoco. Bien en ración, en precio, en formato, en colores y en sabores. Equilibrado y estético.

El tíquet final, como en todos los locales, depende del tipo de platos que uno elija. Nosotros, muchos de los que comimos eran sashimi o sushi, producto que si no lleva arroz, no llena en exceso y el precio es más elevado. Nuestro tíquet final fue de76.50€ (5 platos, postre para compartir y aguas). Dada la excelente calidad del producto, el tipo de platos que pedimos (sushi y sashimi), lo encontré más que correcto.

El servicio, atento pero discreto (ayuda pero concede intimidad) y una sala limpia, agradable y con buena iluminación redondear una muy buena experiencia gastronómica. Al salir de la puerta, cuando piensas que volverás y que ya meditas cuándo será, es que la experiencia ha sido excelente. Así fue.