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Restaurante AXARQUIA, una de las mejores cocinas de El Prat del Llobregat PINTEREST

Axarquía

8 Oct, 2017

Restaurante Axarquia El Prat
AXARQUÍA
Jaume Casanovas, 6
08820 El Prat del Llobregat (Barcelona)
(ver mapa)
de Martes a Domingo, de 13:30 a 16
de Martes a Sábado de 20 a 23
carta 25-30€ – mediodía 13,50€ – degustación 65€

931 81 32 30

 

Un día haré una lista de locales gastronómicos imperdibles o de honesta recomendación en El Prat del Llobregat. Y es que sin querer postular a pregonero de las fiestas de aquí, las sorpresas gastronómicas que se esconden en esta ciudad, entre playas naturales, el Delta y un parque agrario que encandila; son plurales. Se merecen más de un post.

Algunas de ellas ya las he ido dejando por aquí, como un rastro de migas a seguir hacia lo que comentaba: el qué bien se ve la “periferia” (palabra que ha tenido tiempo atrás un carácter negativo y, ahora, sus bondades le aplican justicia). Y una de esas migas o gratas sorpresas, que a cualquiera con curiosidad gastronómica le diría que merecen la visita a la última ciudad del río Llobregat, es sin duda el restaurante de Tomás Rodríguez, el restaurante Axarquía. Un restaurante, por cierto, que ha ganado el 3r premio a la mejor tapa de Catalunya el año pasado.

Situado en la calle Jaume Casanovas, a tocar de la Plaça de la Vila (plaza matriarca desde donde se desarrolló posteriormente la ciudad), Tomás y su mujer Esther (el primero en cocina, la segunda en sala) gestionan un restaurante que desde el primer día, hará ya más de 5 años, apostó por el producto (Parc Agrari, pescado de lonja, proveedores del Mercat de la Vila…). Un producto al que Tomás aplica todo el basto conocimiento culinario que ha adquirido trabajando con Santi Santamaria o con los hermanos Torres (Can Fabes, Evo). Maduraciones de carne, Josper, vacío, aires… técnicas y cocina que hoy en día aplica todo el mundo, pero que no se encontraban tan fácilmente hace 5-6 años.

Una cocina que conozco personalmente desde sus inicios, tanto como cliente como por haber estado en ella durante un par de meses (y en la que aprendí lo que era el trabajo real de una cocina). Una cocina que ha evolucionado pero que, después de 5 años, mantiene la misma filosofía y sabor.

Coincidiendo con que hacía mucho tiempo que no comía en el restaurante Axarquía y que celebran durante estos meses con un fantástico menú degustación su 5º aniversario; allí estuve recientemente.

axarquia restaurante el prat

 

Un menú degustación de 5º aniversario de Axarquía (65€, 85€ con maridaje) que aúna elaboraciones populares que se han cocinado en el restaurante durante estos años y otras más recientes que son un exiquisito reflejo del buen estado de forma de la cocina de Tomás. Si no deciden alargarlo, un menú que se puede degustar hasta finales de Octubre.

Una degustación de 8 platos que recorrimos a través de…

 

su célebre flamenquín de jarrete de ternera relleno de crema de tupinambo ahumado, brie y albahaca. Un entrante premiado como tercer finalista a Tapa de l’any 2017 y que uno comprende el por qué del premio cuando lo prueba. Crujiente, melosidad, color, sabor… una tapa exitosamente muy pensada.

unos delicados raviolis de foie y hummus en caldo de verduras del Parc Agrari. Una necesaria elaboración más suave para acompasar el entrante anterior y el plato venidero, con un caldo de verduras realmente bueno aunque algo mantecoso para mi gusto. El hummus y el foie me bailaron bien. Acompañado todo ello con una copa de Toma Castanya, interesante descubrimiento.

un muy buen arroz negro de sepietas (espectacular producto) con alioli de peras a la vainilla. Un arroz perfecto, y es que Tomás los clava, con un producto buenísimo y una guarnición, el alioli, que combina unos sabores que divierten y equilibran el plato. Los arroces en Axarquía, son un plato obligatorio.

continuando con chipirón a la brasa con vinagreta de frutos secos y crema de puerros. Un plato que estéticamente y por combinación de sabores me encandiló por completo: excelente producto otra vez con el chipirón, acompañado de unos garbanzos guarnicionados con la vinagreta de frutos secos (excelentes elementos para retroalimentar el gusto de pescados y mariscos) y panceta crujiente. El bocado es complejo y delicioso. Top.

pasando a uno de los hits del menú que fue el pollo Pota Blava con gamba, crema de coco y crema de maíz. Un creativo mar y montaña que Tomás ya presentó en el pasado Març Gastronòmic del que ya os hablé, y que no podía faltar en un menú recopilatorio como éste. Un producto superlativo como es el Pota Blava (y que uno lamenta no encontrar con frecuencia en los restaurantes. Está el pollo, y luego está “ésto”…) que juega en otra liga.

Ahora mismo, hemos transcurrido, personalmente, por los dos mejores platos (junto al flamenquín) del menú.

… y finalizando la parte salada del menú con un canelón de rabo de toro al vino tinto algo goloso o plano a falta de un punto más umami de la carne, o de acidez del vino, o crocante de la bechamel gratinada, o usar un queso ahumado.

Y para rematar.

 

un muy buen prepostre con el granizado de sandía, helado de mango y dados de melón de El Prat que, además de hacer su trabajo para limpiar paladar y refrescar, presentaba suficientes texturas y sabores para seducir. Un tipo de postre que cada vez me gusta más y al que recurro si puedo para no terminar rodando calle abajo. Le habría dado más presencia al melón, dado que se decide apostar por el producto local; quedó escondido por la cantidad de sandía.
y una superlativa torrija de leche condensada con helado de tiramisú. Potente pero medida, la torrija de brioche troquelado, bañado en leche y leche condensada y caramelizado. Muy buen resultado.
En definitiva, un menú que a uno le permite ver un poco de lo que fue y un poco de lo que es este magnífico restaurante Axarquía de 8 elaboraciones que justifican sobradamente el tíquet final (65€ – 85€) y la visita. Un menú de alta nota y del que me llevo un entrante (el flamenquín), dos platos (los chipirones y el Pota Blava) y dos postres para recordar durante tiempo. Un menú al que sólo le podría tachar la ausencia de un plato con pescado, una de las elaboraciones que Tomás borda, junto a los arroces.